Las desigualdades estructurales han abierto brechas de género también en el ámbito del acceso a la vivienda, por lo que es necesario empezar a ver el diseño de las ciudades y su crecimiento desde una perspectiva de género, dijo Itzel Julieta Fuentes Morales, analista y urbanista de espacio público del programa ONU-Hábitat.
La especialista participó en la mesa panel denominada Inclusión ciudadana en la innovación urbana, como parte del foro “Interconectando Ciudades Inteligentes”, celebrado en la ciudad de Chihuahua, donde subrayó la importancia de identificar los puntos clave sobre el tema para reducir estas brechas.
Lo anterior, explicó, partiendo del enfoque urbano feminista ante la necesidad de hacer un cambio en las prioridades al momento de la toma de decisiones, para dejar de poner énfasis en lo productivo y lo económico, para ver a las ciudades desde otro punto de vista, el de las mujeres.
“Las mujeres vivimos las ciudades desde una experiencia diferente por esta condición que nos da nuestro cuerpo y que ocasiona violencia sexual”, mencionó.
Un nuevo estilo de vivienda con enfoque feminista, explicó Fuentes Morales, podría diseñarse al momento en que se decide ubicar los nuevos asentamientos en zonas más accesibles, no como ocurre en algunas ciudades, donde se toma en consideración la premisa de la ganancia económica a costa de la calidad de vida de la gente.
Añadió que los nuevos asentamientos son localizados en zonas periféricas, en terrenos de bajo costo para los empresarios y con los respectivos permisos de los gobiernos locales, trámites que, aunque cumplen con la normatividad vigente, se realizan desde una perspectiva capitalista y patriarcal que prioriza el beneficio económico.
“No abonan a mejorar la calidad de vida de las personas que además deben trabajar toda su vida para liquidar los créditos, lo que también va en su detrimento”, expuso.
Consideró que mirar a las ciudades con esta perspectiva de género, es cambiar prioridades en los permisos y generar la normatividad urbana que genere mecanismos de financiamiento que pongan por delante la vida de las personas.
La experta enfatizó que las herramientas con que cuenta ONU-Hábitat, permiten la participación de las mujeres para la aportación de ideas, como es el proyecto Her City, que permite llevar procesos de planificación urbana participativa.
Mediante este plan se incluye la visión de las mujeres y las niñas en las ciudades, a partir de identificar las experiencias diferenciadas que viven en el espacio público y privado de la ciudad, que en este caso es la vivienda.
“Es lo que tenemos para abonar a esta perspectiva de ciudades feministas, para hacer cambios a partir de la información que se genere y que influyan en la toma de decisiones”, concluyó Fuentes Morales.